miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Una ballena blanca?

El viejo capitán al fin había encontrado su bestia y su venganza. El monstruo albino surgió desde las profundidades y se dirigió a él. El experimentado marino alzó su arpón, apuntó con la destreza que sólo dan los años y gritó:
- ¡Eloy!¡Deja de jugar y sal de una vez!
- Pero mamá, todavía no tengo los dedos arrugados.
- Venga, fuera.

El monstruo marino, el viejo capitán y su tripulación dieron vueltas y vueltas mientras su océano se iba por el desagüe de una bañera blanca.

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