jueves, 6 de noviembre de 2014

Una libra de carne

Un charco de sangre te da la bienvenida al hogar. Un reguero rojo te conduce por el pasillo. En la puerta de tu habitación una huella de mano carmesí te invita a entrar. Todo está decorado de manchas bermellón. Un demonio está sobre tu cama, encima de tu cuerpo, saciándose con tus vísceras. Te mira con labios escarlata.
- Vaya, nos volvemos a ver.

Quien hace tratos con el diablo, debe estar dispuesto a pagar el precio.

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